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¿Qué tipos de tarjetas de crédito existen?

Cantidad a elegir
€   100
€ 50
€ 600

Duración del crédito

Cantidad solicitada 100 Gastos de gestión 0,58
Importe a devolver
Fecha de vencimiento 01-01-0000 T.A.E. 15%
Ejemplo T.A.E.

Chica con tarjeta

Ser el poseedor de una tarjeta de crédito hace unos años denotaba cierto estatus social y económico. Lucir una Visa o MasterCard era un lujo propio de personas con alto poder adquisitivo. Ahora nuestras carteras rebosan todo tipo de tarjetas de diferente índole que se adecúan a nuevas formas de consumo más allá de las funciones habituales de la tradicional tarjeta de crédito. Entre esta pléyade de cartoncitos de colores, ¿damos buen uso a cada una de ellas?, ¿conocemos todas sus posibilidades?

Existen multitud de tarjetas según su uso, su emisor o sus características. Vamos a clasificarlas para que sepas qué tipos de tarjetas existen y cuáles son las más adecuadas para ti.

Tarjetas de crédito

Las tarjetas de crédito son el medio de pago principal con el que los bancos financian el consumo de sus clientes. El usuario puede abonar sus pagos sin disponer de saldo en las cuentas vinculadas a la entidad, con la cual pasarán a tener una deuda. Este es un sistema parecido al de los minicréditos. Estas tarjetas presentan el nombre de titular, su firma personal y diferentes elementos de seguridad electrónicos. Dentro de este tipo de tarjeta existe una gran diversidad de opciones:

  • Gratuitas. Por lo general, las tarjetas de crédito obligaban al usuario a abonar una serie de conceptos vinculados a su emisión, renovación y mantenimiento. La llegada de la banca online cambió este panorama y comenzó a ofrecer opciones gratuitas, sin ningún tipo de comisión.
  • Clásica. La tarjeta más habitual, dedicada a la gestión y la difusión del pago electrónico. Las ofrecen las llamadas “emisoras de las tarjetas de crédito” aunque las condiciones vienen impuestas por las entidades bancarias, que imponen un máximo en el límite del crédito dependiendo de los ingresos, independientemente del saldo disponible en la cuenta asociada. Nos referimos aquí a las conocidas Visa, MasterCard o AmericanExpress.
  • Platinum/Oro. Son ofrecidas por las mismas emisoras de las tarjetas clásicas pero solo para sus clientes con mayor poder adquisitivo. Tienen un límite de crédito más alto o incluso sin ningún tipo de restricción. Otras ventajas están relacionadas con la seguridad de las operaciones, descuentos y ofertas y una atención al cliente exclusiva. Como contrapartida, las comisiones son más altas e imponen una mayor restricción en su acceso.
  • Jóvenes. En este epígrafe incluimos tarjetas especialmente diseñadas para estudiantes o con una edad determinada. Presentan un límite de crédito bastante bajo, pero ofrecen otro tipo de ventajas a este colectivo vinculados a descuentos en el consumo y ciertos beneficios sociales relacionados con los gastos educativos.
  • Mayores de 60: Muy parecidas a las anteriores, pero exclusivos para las personas mayores de sesenta años. Ofrecen promociones y descuentos ajustados a las actividades de este sector de la población, principalmente vinculados al ocio y los adelantos de las pensiones.

Tarjetas de débito

Son las tarjetas más comunes cuando se abre una cuenta bancaria y permiten el pago inmediato descontando la cantidad de ésta, por lo tanto no existe financiación como tal, ya que se opera con el propio dinero. Sólo se puede efectuar el pago mientras haya suficiente saldo en la cuenta, en caso contrario esta pasará a estar en descubierto. Antes de llegar a este punto, es recomendable solicitar un crédito de pequeño importe a entidades privadas, ya que los recargos impuestos por la entidad bancaria por tener la cuenta en descubierto superan los intereses de los minipréstamos.

Otras tarjetas

  • Tarjetas prepago. Son análogas a las tarjetas prepago de la telefonía móvil y funcionan si previamente se ha transferido dinero a ellas. Es habitual que se regalen a modo de monedero electrónico en el que el emisor va cargando cantidades para que su propietario las utilice.
  • Tarjetas virtuales. Se emplean en el comercio electrónico y están vinculados a una cuenta bancaria. Actualmente es un servicio ofrecido por la banca tradicional y funcionan como las físicas con la salvedad de no disponer un soporte concreto. Un híbrido entre tarjeta prepago y virtual es la cuenta/tarjeta PayPal, ya que son productos virtuales con los que operar por internet mediante compras seguras.
  • Tarjetas de compra de establecimientos. Son ofrecidas por establecimientos comerciales, por lo general grandes superficies, que permiten financiar compras a través de emisoras como Visa o MasterCard, acceder a promociones especiales para clientes y descuentos exclusivos.

Ante esta ristra de tarjetas, puedes preguntarte: ¿cuáles son las más adecuadas para mí? En primer lugar hay que tener presente que en todos estos casos estaremos usando dinero de manera virtual (incluso en el caso de las de débito) ya que no lo manejaremos físicamente. Esto puede dar lugar a una percepción equivocada de nuestra capacidad adquisitiva real y consumir exclusivamente “a crédito”. Además está el hecho de que algunas de estas tarjetas llevan aparejados unos costes de mantenimiento que deberemos asumir.

Recomendamos prudencia y un uso inteligente de tu arsenal de tarjetas, ¡ten sólo las imprescindibles y a las que vayas a sacarle un rendimiento real!

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